lunes, 17 de marzo de 2014

El día perfecto, con Howling Mad

Todavía me estremezco al recordar ese día de pesca, todo fue perfecto...mar, tiempo...e inmejorable compañía. Un gran día para recordar con una gran sonrisa cuando miremos atrás. Obligada y merecida entrada en este pequeño blog.

Si nos paramos a pensar es increíble la enorme capacidad que tiene nuestro cerebro, capaz de recordar esos grandes y buenos momentos como si hubiesen sido ayer, cada pequeño detalle...cada instante. Al fin y al cabo, son los momentos que importan, los que nos hacen crecer...

A continuación os relato cómo fue esa magnifica mañana de otoño.

Primerísima hora del lunes 28 de octubre del pasado año, que nervios, todo está listo como siempre. Todavía no ha salido el sol, pero la temperatura es buena. El día promete, las previsiones acompañan y las ganas no nos faltan en absoluto, pues íbamos a salir al mar, una de nuestras grandes pasiones en esta vida. 

Sin mucha demora ponemos rumbo a Villajoyosa, el camino es largo, por delante todavía nos queda una hora de viaje. A bordo junto a mi cómo no, el compañero Howling Mad, inmejorable compañía y un gran maestro del curricán. He aprendido mucho de él, y espero seguir haciéndolo.

Todavía estábamos en la carretera cuando el sol empezó a despuntar, pero no me importaba en absoluto, para la especie a la que íbamos en busca  no era necesario estar al alba a pie de costa. Las primeras horas del día nos permiten ver el mar desde la sinuosa carretera hacia Villajoyosa, todo en calma, no se ven signos de oleaje a lo lejos. 

Ya con el sol fuera llegamos a la posición de salida, todavía queda trabajo por hacer. El agua caliente invita a entrar. Recuerdo que aún no disponía de neopreno pero no fue necesario, el verano ha sido largo y las temperaturas se mantienen arriba todavía.

Con todo listo ponemos rumbo a las jaulas, no quedan lejos, apenas una milla. El agua tranquila pero el viento amenazada con levantarse. Ya allí empieza el baile, al llegar decidimos hacer unas cuantas derivas e ir brumeando la zona, pero la corriente es fuerte y no surte efecto. Pasado un tiempo y, viendo que el plan no iba a dar buenos resultados, decido amarrarme a una de las boyas e ir cebando desde allí.

Recuerdo que pasó relativamente poco hasta que se produjo la primera picada, llampugaaaa, llampugaaa , recuerdo que grité a howling. No lo podía creer, al otro lado de la línea tenía a uno de esos preciosos demonios verdes peleando y peleando. Hace tiempo que los llevaba viendo en vídeos y revistas y sinceramente nunca pensé en la posibilidad de batirme contra ellos. Verlos nadar a un metro escaso del kayak es alucinante, preciosos colores que deslumbran bajo el agua clara. Eran ya ejemplares de buen tamaño, de acuerdo con nuestra zona de pesca, pues rondaban los dos y tres kilos. 

Ya con la primera captura arriba las expectativas crecían, no era para menos, las veíamos al lado de la embarcación nadando y comiendo de nuestra estela. Nos apresuramos a disponer todas las cañas en el agua, todas cebadas y preparadas para la acción. Juan (Howling Mad) decide tentarlas con un bucktail a spinning, y la verdad que fue efectivo ya que a  los pocos minutos lo veo con su caña totalmente arqueada. Desafortunadamente a pocos metros del kayak partió la linea, día de suerte para ella. 

A las doce más o menos llegó la hora de la verdad, las picadas se producían casi instantáneamente en el momento en el que el boquerón tocaba el agua,  una tras otra, picadas en ambas cañas, una autentica locura, las habíamos pillado con hambre y estábamos en el sitio oportuno. 

Muchas de ellas se soltaron a escasos metros, pero no importa en absoluto, el gran sabor de boca que deja la pelea compensa todo lo demás. Son animales muy combativos que no se regalan fácilmente, a la pruebas me remito cuando os digo que se escaparon más de las que subieron arriba. 

Con escaso cebo ya abordo y siendo bastante tarde decidimos poner fin a tan magnífica mañana. 

Como es costumbre, al llegar a la costa y orgullosos de nuestra pesquera tomamos la foto de rigor que guardaremos con mucho cariño. 



Y aquí mi pesquera. Como podéis ver también salio un precioso bonito.













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