Al no estar cerquita de mi amada costa, actualmente son pocos los momentos que tengo para escaparme al mar, pero entre la novia, la familia y amigos pude hacerme un hueco el sábado por la tarde y salir a quitarme un poco las ganas de agua, hacer un poquito de deporte y respirar el aire del mar que es mucho mejor que el que tenemos aquí en Madrid.
El día pintaba mal, ya estando en casa las rachas de viento eran tremendamente fuertes, pero yo totalmente optimista decidí cargar el kayak al coche y acercarme a la orilla a ver como estaba y a ver si era posible pasar una buena jornada de pesca teniendo ante todo la seguridad en mente.