miércoles, 26 de febrero de 2014

La primera nunca se olvida.

Han pasado ya casi cinco meses desde ese día, el 1 de octubre del 2013. Todavía lo recuerdo como si hubiese sido ayer, y es que para alguien que empieza algo nuevo esos días donde todo sale redondo quedan guardados para siempre, en la memoria...donde se guardan todos esos buenos momentos que poco a poco vamos coleccionando. 

El día anterior recibí la llamada de nuestro gran compañero pepeolimpia, a quien había conocido días atrás. En ella me comunicó que para la mañana siguiente tenían planeada una salida por el Cabo Cervera,  por aquel entonces (al igual que muchas otras) zona completamente desconocida para mi. Tampoco debí preocuparme demasiado ya que mi colección de señuelos no era muy extensa y no tuve que pensarme mucho cual iba a escoger.

Habiendo quedado ya con pepe me dispuse ha organizarlo todo, cañas, carretes, aparejos y lo más importante (a parte del bocadillo) ... subir el barquito al coche. 

La mañana siguiente transcurrió como sigue:




A las seis en punto estaba ya en el punto de encuentro, como no, pepe ya estaba allí esperando. A los pocos minutos llegan Juanjo (sanjaime) y Juanma (sanjaime90), más conocidos como el equipo sanjaime, padre e hijo compartiendo la misma afición, bellísimas personas que siempre querrás tener al lado en el mar. Como era de esperar todavía no conocía a casi nadie del foro y no había coincidido aún con ellos. Tras las presentaciones ponemos rumbo a Cabo Cervera.

Al llegar a la cala nos disponemos a bajar todo del coche y pronto me doy cuenta de que mi equipación era bastante escasa, comparada con todo lo que llevaban montado los compañeros, esos kayaks bien podían pasar por naves espaciales en una película de George Lucas.  

Al poco tiempo de estar allí los cuatro montando todo lo necesario para salir a la mar veo aparecer una furgoneta, era el quinto y último protagonista de este gran día de pesca, el compañero Saoro, otra de las grandes personas con las que compartir aventuras.

Entorno a las siete y media pasadas entramos al agua y nos ponemos a remar, tomamos rumbo sur costeando un poco, notas el aire fresco en la cara, las olas te salpican y la ilusión por pasar un gran día aumenta, ya estamos allí. Pronto noto la primera picada, es una jurela de buen tamaño que pierdo a la hora de subirla al kayak. 
Decidí dar la vuelta y pegar un segundo repaso por la zona, quien iba a saber el buen rato que me esperaba, pues durante la siguiente hora obtuve casi todas las picadas de la mañana. Las picadas eran bastante seguidas, las carracas de los carretes cantando y cantando, bacoretas y bonitos, llegando incluso ha hacer dos tripletes y un doblete, buahh que sensación! Mientras tanto los demás se iban adelantado y yo, al no tener emisora, no los pude avisar. 

En el apogeo de la mañana me veo aparecer a Saoro que viene desde lo lejos, a gritos le digo que se quede por la zona que estaba el pescado por allí y que había mucha actividad, a los diez segundos ya tenia la caña doblada, pero no pudo sacarlo, se le soltó. 

Poco a poco van pasando las horas y el día de pesca va concluyendo. Tuve que salir del agua temprano, antes que mis compañeros, saltandome una de las partes que considero más interesantes en un día de pesca, la llegada a tierra y el buen rato que se pasa comentando todo lo sucedido arriba del kayak.

El resultado de ese gran día fueron 10 bacoretas, 2 bonitos y una jurela.















2 comentarios:

  1. Las primeras salidas son las mejores, nunca se olvidan.

    Un saludo.

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  2. Si señor, se quedan ahí grabadas a fuego, sensaciones nuevas que nos guardamos para siempre.

    Saludos Pasaor

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